Remando por las antiguas estancias del Noroeste
El arroyo Carambola nace cerca de Loreto, allí donde alguna vez los jesuitas montaron sus estancias ganaderas que, con el tiempo y los cambios históricos, fueron continuadas por los “che patrones” correntinos. Estos amplios territorios se poblaban ingresando con hacienda por los cordones y lomadas de arena que corren en sentido noreste–sudoeste, accediendo por donde hoy circula la ruta 12 entre Posadas y Corrientes. En el sentido de las lomas corre, encajonado, el arroyo Carambola, por lo que navegarlo permite ver los fondos de esas enormes estancias en sus mejores condiciones naturales.
En un futuro, cuando la seccional de guardaparques y el puerto estén terminados, se podrá acceder desde Loreto y navegar hasta la Laguna Paraná a la altura de San Miguel, en una travesía de tres días.
Actualmente se puede visitar un tramo de este arroyo y algunas de las estancias históricas, como San Juan Poriahu (ingresando por la ruta 118) o desde San Miguel.
El casco y camping de la estancia San Nicolás se encuentran abiertos al público y bien provistos de servicios para pasear por el arroyo, hacer kayak, recorrer a botador los canales abiertos entre los embalsados, sumergirse con snorkel en las aguas trasparentes para avistar dorados y rayas que nadan a la par de uno, o simplemente cabalgar por horas o días rememorando las huellas de troperos y comiendo “guisos carreros” a la luz de las estrellas.
Todo está por descubrirse y experimentar en esta zona del Iberá, ahora que los accesos se han mejorado y el arroyo lentamente se repuebla de fauna con el trabajo silencioso de guardaparques y biólogos, y la reorientación productiva de los campos que se vuelca hacia el turismo y la conservación de la vida silvestre.