jueves, 23 de abril de 2015 a las 07:35 PM

Cómo se hace para participar en esta nueva actividad?

En el Iberá hay 10 municipios que suman aproximadamente 100 mil habitantes. A excepción de Colonia Pellegrini que ha logrado un enorme desarrollo a través del turismo, muchos municipios recién ahora están percibiendo el gran potencial que tiene el Iberá, quizás porque suele ocurrir que cuando se vive rodeado de naturaleza se la ve como algo tan cotidiano que resulta difícil valorarla en su totalidad. Pero son justamente estos municipios que rodean al Iberá los que están mejor posicionados para comenzar un proceso de desarrollo gracias a la presencia del Parque Provincial.

A nivel mundial el ecoturismo es una de las actividades económicas más importantes relacionadas a las áreas protegidas y una herramienta real para combatir la pobreza. La clave es buscar modelos de desarrollo donde los municipios puedan liderar un plan estratégico en su territorio e incentivar a la comunidad a participar del ecoturismo.

La decisión de un municipio y de su comunidad de convertirse en un portal ecoturístico aprovechando el acceso al Parque Provincial Iberá es estratégica y cambiará positivamente el destino de esa localidad y de su gente. Pero hay que tener en cuenta que el camino para concretarlo es de largo plazo y requiere de mucho trabajo mancomunado. No existen las recetas fáciles con resultados rápidos.

  

 

A. Armar un equipo de trabajo local 

La mayoría de las veces los municipios no cuentan con equipos de trabajo propios que puedan dedicar su tiempo a implementar un plan Ecoturístico. Es clave que el intendente arme un grupo que pueda adquirir la capacidad para desempeñar las funciones necesarias para dar servicios a los turistas. Este equipo de trabajo es, además, el canal de comunicación con la comunidad y con otros actores clave que se desea involucrar en el proceso. 
Es indispensable la habilidad para las relaciones sociales, por lo tantoesta actividad no la suelen realizar funcionarios “de escritorio” sino los que se sienten a gusto trabajando en la calle y con la gente.

Una vez armando el equipo, que deberá ser permeable a nuevos conocimientos, capacitaciones y mejores prácticas (usualmente estos recursos llegan desde el Gobierno Pro- vincial, Nacional y fundaciones), comienza el trabajo simultáneo hacia el interior de la institución municipal y hacia la comunidad en general, informando e incentivando a la gente a participar

  

 

  

B. Trabajar con la comunidad

Una vez que se acordó con la comunidad que el camino a seguir es el ecoturismo, se parte de una base rica en objetivos comunes. Muchas veces comienza participando un pequeño porcentaje de la población y luego se va sumando gente cuando se contagia del entusiasmo que se genera. En este punto es necesario un trabajo de concientización, donde todos deben tener claro qué es el ecoturismo, cuál es el plan del municipio y qué participación pueden tener aquellos que quieran involucrarse con sus ideas y recursos.Lo importante a destacar es que hay lugar para todos lo que quieran sumarse.

  

  

 

 

 

C. Encontrar el propio lugar

Las personas involucradas en este proceso necesitan encontrar su lugar en la cadena de valor de la industria turística. Para ello, primero hay que entender qué busca un turista de este tipo cuando llega a destino y es el municipio quien debe generar los espacios y canales de comunicación para que esta información fluya abiertamente. Esta es la instancia donde surgen las ideas que luego se harán proyectos y podrán concretarse como bienes o servicios al turista.

El municipio con el apoyo del Gobierno Provincial y otras instituciones debe promover el emprendedorismo comunitario y generar espacios para la cooperación e intercambio de ideas y apoyo dentro de la comunidad.

En la cadena de valor del turismo existen muchos espacios para desarrollar, desde agencia de viajes y guía turístico hasta el transporte, el alojamiento, la alimentación y el entretenimiento, pasando por las compras (bienes de consumo y artesanías) y la experiencia de la visita en general. En todas estas etapas hay oportunidades para generar un bien o un servicio que traerá trabajo para la comunidad local.

 

 

D. Promover el capital social

Una de las mayores riquezas de una pequeña localidad son las relaciones entre sus habitantes. Nutriendo estas relaciones se generan redes donde prevalece el compromiso y la confianza y, cuando se tiene un objetivo en común, se trabaja en forma asociada y se logran grandes cambios.

Para que esto ocurra se necesita dedicarle tiempo a las relaciones, a escuchar las ideas de los otros y proponer las propias. Aquí el municipio solo debe aportar un espacio de reunión y de coordinación; luego será el propio liderazgo de la comunidad el que continúe el proceso.

Una vez que la comunidad se ha concientizado, ha encontrado espacios dentro de la cadena de valor para especializarse y tiene proyectos que concretar, el paso siguiente es fomentar el asociativismo:la unión formal de aquellos que desean ofrecer servicios similares o complementarios en cooperativas, asociaciones o cámaras. Es un objetivo del municipio que la comunidad crezca hacia la institucionalización de sus intereses y así contar con actores consolidados que lo acompañen en el camino del desarrollo local 

 

 E. Fortalecer la capacidad de gestión

Muchos de los municipios ubicados en espacios estratégicos por su riqueza natural y cultural no cuentan con la experiencia de gestionar un plan estratégico de ecoturismo, por lo que es fundamental que fortalezcan sus capacidades de gestión interna.

Para comenzar, deben poner en orden sus recursos y establecer las prioridades de uso. Por ejemplo, los recursos económicos siempre son escasos, por lo que hay que decidir dónde asignarlos para que impacten positivamente y se multipliquen. Las obras destinadas a mejorar la infraestructura de agua potable, saneamiento, alcantarillado, iluminación, ecolección y tratamiento de residuos y energía eléctrica no solo benefician a toda la comunidad sino que permiten sentar las bases para inversiones en alojamientos, gastronomía y otros servicios al turista.

Un presupuesto participativo escuchando la voz de la comunidad sobre las prioridades a la hora de realizar obras es un paso importante que da legitimidad a la inversión y acerca a las autoridades municipales a la población, lo cual trae efectos altamente positivos. Por ejemplo, la refacción de una plazoleta barrial donde participan todos los vecinos aportando mano de obra, materiales y dirección. 

 

F. Potenciar al otro

Existen en la comunidad actores que cuentan con recursos, experiencia o relaciones que son muy valiosos para sumar a la hora de trabajar por un municipio ecoturístico.

La iglesia, por ejemplo, siempre tiene mucho para aportar por el valor que poseen las costumbres religiosas y por el interés del visitante de conocer, e incluso participar, de eventos como procesiones o peregrinaciones, por nombrar alguno de ellos. En este sentido es idóneo sumarla al plan ecoturístico, pero también hay otros actores importantes:

Las escuelas, por el trabajo que debe hacerse con los alumnos en cuanto a la concientización de proteger, cuidar y valorar los recursos naturales y culturales. Las cooperativas y grupos existentes, porque ya existe una unión previa y un trabajo hacia objetivos comunes y pueden ser de gran ayuda para coordinar y estar a cargo de eventos, servicios, museos y parques interpretativos. El hospital público, porque es clave su equipamiento y preparación para atender oportunamente a un visitante en problemas y también para capacitar a los guías en primeros auxilios. La policía y agentes de tránsito, porque deben estar capacitados para dar información básica a turistas.

En definitiva, todos aquellos actores que están institucionalizados son valiosos para el proceso ya que aportan su experiencia, red de contactos y recursos humanos y materiales.

Las escuelas y las maestras juegan un rol protagónico dentro del proyecto turístico, ya que es allí donde los chicos comienzan a recibir la primera concientización del cuidado del ambiente y de valoración de la naturaleza y la cultura. 

 

G. Proteger el patrimonio

 

El municipio junto a su Concejo Deliberante deben trabajar en ordenanzas que protejan el patrimonio histórico, cultural y natural de su comunidad porque son los recursos que hacen que un lugar se convierta en un destino ecoturístico.

Es fundamental resguardar los monumentos y las casonas antiguas (por nombrar solo algunos ejemplos de patrimonio), a la vez que debe delimitarse el casco histórico de pueblo y establecer bajo qué condiciones se realizarán las nuevas intervenciones en estas zonas. Este proceso de poner en valor el patrimonio arquitectónico requiere un importante trabajo con la comunidad.

Es fundamental que los habitantes den valor a este patrimonio cultural de la misma manera en que se está comenzando a valorar la naturaleza de la zona. Se puede mejorar la calidad de vida de los habitantes respetando características originales que, además,

hacen a la identidad del lugar. Es imprescindible recalcar que aunque lo “moderno” o la imitación de estéticas de las grandes ciudades puedan tomarse como sinónimo de progreso, también pueden desvalorizar un destino que se está estableciendo como ecoturís- tico, donde la identidad propia es altamente valorada.

Una vez protegido lo que se tiene, se puede avanzar con el diseño y planificación de obras de intervención paisajística y puesta en valor de los espacios verdes urbanos. Por ejemplo, mantener y plantar árboles de especies autóctonas, mejorar calles, veredas y senderos, conservar el bosque nativo, diseñar sendas y explanadas (para miradores y paseos) y construir mobiliario urbano (bancos, basureros, rampas), todo con materiales de la zona y de bajo mantenimiento. También será importante instalar señalética informativa, puestos de información turística y sanitarios públicos. 

 

H. Gestionar integralmente los residuos urbanos

No hay ecoturismo si no se resuelve el problema de los resi- duos, así que el municipio debe tener un plan para abordar esta cuestión. Por ejemplo es fundamental destinar un predio para la basura ubicado en las afueras del pueblo y que no esté a la vista de los turistas, ya que desprestigia el lugar y le baja puntos como destino de naturaleza. Este predio debe estar alambrado y manejado por la municipalidad, a través de un sistema de recolección eficiente para garantizar que la deposición de residuos sea sistemática y así desalentar a los vecinos a dejar la basura en el predio por sí mismos.

De nuevo cobra importancia la concientización de la comunidad para incorporar actitudes que cuiden y colaboren con el ambiente, a fin de construir un hábitat más sano, sostenible y de perfil turístico. En este sentido, más que de grandes inversiones se requiere voluntad y trabajo en equipo entre el municipio y la comunidad. Algunas localidades ya cuentan con casos exitosos para replicar, donde han incorporado la separación, reciclaje y reutilización de residuos con la participación de cooperativas locales y que han funcionado muy bien para este tipo de escala. 

 

 

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